sábado, 30 de agosto de 2014

Infancia




Vivo
parado en mi infancia
con un ancla que no pesa,
hecha de cristal y nubes,
cosida por los riachuelos
que entonan canciones blancas.

Azules de plata y luz
colorean las vivencias
de una época dorada,
donde la fuente reía
y el manantial no lloraba,
donde el río atravesaba
praderas llenas de flores
y de mañanitas blancas.
Globos azules de tiempo,
caballitos trotadores
y los besos de mi madre
surcaban un Mar de abrazos,
de ilusiones y colores.
Lápices, papeles, luz
y un suelo donde apoyarme:
yo era el más feliz del mundo,
la cara y las manos sucias,
las rodillas desolladas,
corriendo tras mariposas
vestidas de nubes blancas.
Las rodillas de mi abuelo,
llenas de cuentos y andanzas;
sus dos manos de arte y sueños
rodean siempre mi alma.

¿Mi infancia? Mi infancia
es un barco velero
que cabalga olitas blancas.

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