sábado, 16 de diciembre de 2017

«El bello Antonio», de Vitaliano Brancati



(Imagen de lasicilia.es)


BRANCATI, Vitaliano, El bello Antonio, Barcelona, Seix Barral, 1983; 231 págs. Traducción  de Rosa Marcela Pericás [Il bell’Antonio, 1949].

            Novela realista inspirada por preocupaciones sociales, pensamientos existencialistas y un deseo irrefrenable de realizar una sátira del tópico machismo italiano. La acción trascurre en Catania (Sicilia) en los años comprendidos entre 1930 y el verano de 1943, cuando las tropas aliadas ocuparon la isla. Su autor, Vitaliano Brancati (1907-1954), es uno más de los excelentes escritores sicilianos, alguno de los cuales, como un joven Luigi Pirandello en La Esclusa (1901), dejaron también reflejo de ese instinto de prepotencia machista, y sobre todo de un sentimiento trágico del honor mancillado por cuestiones sexuales, de la Sicilia profunda. De la novela de Pirandello existe una traducción en español de Gian Luca Luisi —La excluida—nada menos que de 2011, noventa años después de ser escrita.
            El protagonista de El bello Antonio es Antonio Magnano, un joven cataniense célebre entre sus paisanos por su atractivo físico. Las mujeres, todas sin excepción, suspiran por sus huesos, y los hombres, todos sin faltar uno, lo envidian y querrían ser como él. De su vida sexual se cuentan hazañas ya legendarias. Su padre, un hombre que en su cerrazón y en su conservadurismo recuerda profundamente a Rocco Pentágora, el marido de La Excluida, se siente orgulloso de la extraordinaria virilidad de su hijo y presume de ella ante cualquiera. Sólo cuando el joven Antonio se case se sabrá qué hay de verdad en su leyenda de amante insaciable.

            Como telón de fondo de las vicisitudes de la vida de Antonio, su familia y sus amigos, se encuentra el régimen fascista italiano. El autor, con afán de dejar constancia de todo lo que había vivido en primera persona, ridiculiza el imaginario fascista de las camicie nere, con sus botas lustrosas, su mano alzada y su prepotencia de hombres sin parangón. Un personaje muy importante resulta ser un hermano de la madre de Antonio, que ha pasado varios años en España y viene horrorizado por los asesinatos que están cometiendo los dos bandos de la Guerra Civil (pp. 122 y ss.). Este hombre, ya mayor y con mundo corrido, intenta poner un poco de lógica en la mente de Antonio y acerca el lector a la castigada oposición antifascista. Finalmente, la entrada de las tropas inglesas en Catania acaba con una pesadilla de veinte años de fascismo pero deja una ciudad ultrajada, aún más deshumanizada y muy destruida por los bombardeos, que causan numerosas víctimas civiles. El final de la novela es demoledor.

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