martes, 26 de junio de 2018

«El violín de Rothschild y otros relatos», de Antón Chéjov



Chéjov en 1897

CHÉJOV, Antón, El violín de Rothschild y otros relatos, Madrid, Alianza Editorial, 2017 (2ª ed.); 219 páginas. Nota preliminar y traducción de Juan López-Morillas.

            Se trata de doce relatos escritos por Chéjov (1860-1904) entre 1886 y 1902. Aparecen por orden temporal de escritura. La acción de la gran mayoría transcurre en pueblos pequeños, incluso aldeas, donde el tiempo parece haberse detenido y las novedades llegan tarde y mal. Los principales protagonistas son personas débiles, inadaptadas o faltas de amor. Las mujeres y los niños están contemplados con mirada sensible, atenta siempre a resaltar su situación de desamparo. Es Rusia. La Rusia de los últimos años del Imperio Zarista, donde los hombres están alcoholizados, o viven envueltos en fatua vanidad, mientras las mujeres viven a su sombra, a menudo en estado de invisibilidad o simplemente servil, cuando ellas son las verdaderamente valiosas para la sociedad («Gente de calidad»); la Rusia de los templos de cúpulas doradas abarrotados de fieles muy creyentes, que deambulan oscuros entre miles de humeantes velas y se humillan ante un hombre viejo, de larga barba canosa, un viejo que se siente solo y es infeliz («El Obispo»); la Rusia de inacabables caminos nevados por los que se mueven en trineo viajeros sepultados bajos montañas de pieles y, finalmente, obligados a hacer noche en ventas incómodas e insalubres («En camino»); la Rusia de mujeres que solo tienen para dar amor y a menudo son víctima de la brutalidad y el engaño de los hombres («La corista»). Podría seguir hasta referirme a todos los relatos, pero creo que no es necesario. Todos ellos hablan de Rusia, sí, pero plantean problemas morales y describen situaciones que son universales, propias de cualquier época y lugar. Con el paso de los años se advierte un menor sentido del humor en los relatos, como si la proximidad de la muerte le hiciera al autor mirar las cosas de manera más triste y reflexiva, cuando ya la sombra de la noche eterna lo oscurece todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario