miércoles, 23 de mayo de 2018

«Un destripador de antaño y otros relatos», de Emilia Pardo Bazán


Imagen tomada de losojosdehipatia.com.es

Emilia Pardo Bazán, Un destripador de antaño y otros relatos, Madrid, Aguilar, 1994.

            Colección de cinco relatos escritos por doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921) con espíritus o disposiciones distintos, quizá redactados a una considerable distancia de años. Dos de ellos, los primeros, están ambientados en aldeas de la Galicia profunda. El primero de ellos, que da nombre al libro, es el único que aparece claramente fijado en el tiempo, y lo está en los primeros lustros del siglo XIX. Como en muchos de los célebres relatos de Clarín, uno de sus personajes principales es un niño tratado de manera muy cruel por los mayores. En él tiene un papel determinante un canónigo de la Catedral de Santiago, que se nos describe como muy conocedor del alma de los aldeanos, a los que ve como seres ignorantes, zafios, ruines y muy crueles. El segundo, Cuesta abajo, es un bello retrato del momento en el que nace el amor entre dos aldeanos jovencitos que acuden a una feria de ganado; su lectura sirve de alivio al mal sabor de boca moral que ha dejado el primero. En estos dos cuentos destaca el uso de un vocabulario muy rico y una sintaxis muy elaborada, dotada de un ritmo difícil de encontrar en los prosistas actuales. No en vano de doña Emilia se cuenta que pidió a sus padres, personas muy acomodadas, que cambiaran sus clases de piano por unas de latín. Fue una mujer excepcional para su época. No cabe duda de que los conocimientos lingüísticos, y la abundancia y variedad de lecturas, ayudan a la conformación de una prosa formalmente cuidada.
            El indulto, tercero de los relatos, relata el temor de una mujer casada a su marido, un hombre de comportamiento brutal. La acción transcurre ya en la ciudad pero en ambientes muy pobres. Sus personajes principales están tocados por algún tipo de dolencia o locura. Como en Un destripador de antaño, el lector presiente la desgracia pero, gracias a los giros de la trama, piensa que aquella va a ser evitable.
            Al contrario de los tres primeros, narrados en tercera persona, los dos últimos —La perla rosa y El encaje roto— lo están en primera. Ambos están protagonizados por miembros de la burguesía y, como El indulto, constituyen alegatos contra el matrimonio. En ellos, el estilo literario, aun siendo cuidado, es menos elevado. El de los primeros cuentos del volumen recuerda lo mejor de otros insignes prosistas gallegos. Cada lector tendrá sus preferidos. Doña Emilia es de los míos.

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