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Emilia Pardo Bazán, Un destripador de antaño y otros relatos, Madrid, Aguilar, 1994.
Colección
de cinco relatos escritos por doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921) con espíritus
o disposiciones distintos, quizá redactados a una considerable distancia de
años. Dos de ellos, los primeros, están ambientados en aldeas de la Galicia profunda.
El primero de ellos, que da nombre al libro, es el único que aparece claramente
fijado en el tiempo, y lo está en los primeros lustros del siglo XIX. Como en muchos
de los célebres relatos de Clarín, uno de sus personajes principales es un niño
tratado de manera muy cruel por los mayores. En él tiene un papel determinante
un canónigo de la Catedral de Santiago, que se nos describe como muy conocedor
del alma de los aldeanos, a los que ve como seres ignorantes, zafios, ruines y
muy crueles. El segundo, Cuesta abajo,
es un bello retrato del momento en el que nace el amor entre dos aldeanos
jovencitos que acuden a una feria de ganado; su lectura sirve de alivio al mal
sabor de boca moral que ha dejado el primero. En estos dos cuentos destaca el
uso de un vocabulario muy rico y una sintaxis muy elaborada, dotada de un ritmo
difícil de encontrar en los prosistas actuales. No en vano de doña Emilia se cuenta
que pidió a sus padres, personas muy acomodadas, que cambiaran sus clases de
piano por unas de latín. Fue una mujer excepcional para su época. No cabe duda
de que los conocimientos lingüísticos, y la abundancia y variedad de lecturas, ayudan
a la conformación de una prosa formalmente cuidada.
El indulto, tercero de los relatos,
relata el temor de una mujer casada a su marido, un hombre de comportamiento
brutal. La acción transcurre ya en la ciudad pero en ambientes muy pobres. Sus
personajes principales están tocados por algún tipo de dolencia o locura. Como
en Un destripador de antaño, el
lector presiente la desgracia pero, gracias a los giros de la trama, piensa que
aquella va a ser evitable.
Al
contrario de los tres primeros, narrados en tercera persona, los dos últimos —La perla rosa y El encaje roto— lo están en primera. Ambos están protagonizados
por miembros de la burguesía y, como El
indulto, constituyen alegatos contra el matrimonio. En ellos, el estilo
literario, aun siendo cuidado, es menos elevado. El de los primeros cuentos del
volumen recuerda lo mejor de otros insignes prosistas gallegos. Cada lector
tendrá sus preferidos. Doña Emilia es de los míos.
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