SCHMITT,
Eric-Emmanuel, Monsieur Ibrahim et les
fleurs du Coran, Paris, Éditions Albin Michel, 2017.
Se trata de una novela corta cuyo
tema principal es la iniciación a la vida adulta. La acción transcurre en París,
Normandía y Turquía durante los años 60. Está contada en primera persona por un
narrador-protagonista, siempre veremos las cosas desde su punto de vista. Al
comienzo de la novela, el protagonista, llamado Momo (o Moisés), es todavía
casi un niño. El primer párrafo es de los impactantes:
«À treize ans, j’ai cassé mon cochon et je suis allé voir les putes». (Pág. 9).
No es un mal comienzo, diría que es
excelente para captar la atención del lector. Que un jovencito de trece años
rompa su alcancía para irse de putas no es algo que uno pueda imaginar fácilmente.
Ese, digamos, acto de valentía sirve para caracterizar al personaje desde el
primer momento, es un muchacho valiente, y para hablarnos de la soledad en la
que se encuentra. Momo vive solo con su padre porque su madre lo abandonó nada
más dar a luz. Viven en un barrio acomodado de mayoría judía. Su padre es un
hombre educado en una tradición hebrea rigorista, hombres severos, acaparados
por su trabajo e incapaces de expresar sus sentimientos. Momo conoce de manera
casual a un señor de nombre Ibrahim y religión musulmana (sufí). Es el dueño de
una tiendecita cercana a su casa. En él encontrará la persona mayor empática y
sensible que le ayudará a formarse para encarar con éxito la edad adulta.
La lectura de Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran podrá servir de remedio
para todas aquellas personas que ven la sociedad formada por compartimentos
estancos de los que no hay que salirse. Puede resultar una cura contra el racismo.
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