DAHL,
Roald, Los mejores relatos de Roald Dahl,
Madrid, Santillana, 2008. [The Great
Automatic Grammatizator and other stories, 1996]. No se mencionan los
traductores.
Selección de relatos del Roald Dahl
(1916-1990) realizada por alguien ajeno a él o, al menos, editada de manera póstuma.
No sabemos si el autor consideraría estos sus mejores relatos. Se trata de
trece narraciones pertenecientes a cuatro libros distintos. «Katina» es la más
antigua de ellas. Pertenece a su libro Over
to You: Ten Stories of Flyers and Flying (1946), escrito al calor de la
intervención activa de Dahl en combates de la Segunda Guerra Mundial; la acción
transcurre en Grecia. El resto de narraciones pertenecen a Someone Like You (1953), Kiss
Kiss (1960) y More Tales of the
Unexpected (1980). La acción de todos los relatos menos el mencionado transcurre
en Nueva York o en algún lugar de Reino Unido y todos tienen en común un final
sorprendente, la mayoría de las veces poco predecible, un lenguaje muy directo,
nada artificioso, y una crítica a las personas avariciosas, mendaces y
moralmente repulsivas, las cuales suelen sufrir algún tipo de castigo. Tal es
el caso de «Placer de clérigo» [«Parson’s Pleasure»] y «El sibarita» [«Taste»].
Otras, como «El gran gramatizador automático», son muy ingeniosas. Esta se
adelanta en más de medio siglo a los intentos de realizar trabajos intelectuales
creativos por medio de la inteligencia artificial, de la que el autor, como un
humano pleno —no abducido por la tecnología y sus defensores, hoy día un tipo ya
bastante común—, reniega. «El hombre del paraguas» es una narración realmente
ingeniosa y da ideas sobre cómo beber gratuitamente los días de lluvia. Algunos
de los relatos poseen personajes o escenarios relacionados con el mundo del
arte y demuestran unos gustos del autor, o al menos unos conocimientos, muy refinados.
Todas las narraciones poseen la gran
virtud de estar desposeídas de cualquier adorno superfluo ya sea en la forma o
en el fondo. El autor va directamente a lo que quiere ir, captando la atención del
lector desde el primer momento. Sorprende la atención que dedica Dahl a las formas
y los movimientos de las aletas de la nariz de los personajes, parte de la
fisionomía con la que debía estar obsesionado. Alguno de los relatos, como «Jalea
Real» [«Royal Jelly»], puede considerarse de terror.
El resultado final es una lectura fácil, variada y muy amena.
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