(bloximages.chicago2.vip.townnews.com)
FORD,
Richard, El periodista deportivo,
Barcelona, Anagrama, 2016 (la 1ª ed. es de 1990). Traducción de Isabel Núñez y
José Aguirre (The Sporswriter, NY,
1986).
Novela de largo aliento —496 páginas— en la que un narrador-protagonista profesional de la
escritura, Frank Bascombe, relata en primera persona acciones y emociones ejecutadas, presenciadas y sentidas durante el fin de semana de Pascua. La acción general trascurre
a mediados de los años ochenta y principalmente en Haddam (Nueva Jersey). El
relato es lineal. Frank tiene treinta y ocho años. Trabaja como periodista
deportivo en Nueva York. Está divorciado y comparte con su ex mujer, X, la
existencia de dos hijos, Clarissa y Paul, aunque es X la que realmente se ocupa
de ellos. Un tercero, Ralph, el primogénito, había fallecido hacía unos años,
hecho dramático que había precipitado el divorcio de la pareja y cuya
superación es el motor de toda la historia. La novela, a nada que uno lea la
biografía de Ford, es parcialmente autobiográfica, aunque díganme una que no lo
sea.
Lo mejor de El periodista deportivo, a mi juicio, es la naturalidad del
lenguaje y, sobre todo, su fluencia. Las frases, los párrafos y las páginas se
suceden como si brotasen de un manantial sereno e inagotable, hecho que a mí,
eterno aprendiz de escritor, me parece admirable. Los traductores tendrán que
ver en esto. También llama la atención el optimismo del protagonista, que le ayuda a iluminar sus zonas más sombrías y a enfrentarse con éxito a las complicadas situaciones de la vida adulta. Frank parece estar siempre al borde del fracaso, de la tristeza, del abandono --razones objetivas tiene para ello-- pero siempre consigue salir. En ese sentido la novela, y el personaje mismo, presentan una «madurez vital» muy de agradecer para cualquier lector adulto, cercado a menudo por dilemas y catástrofes sentimentales parecidas. La novela finaliza con una exaltación de la infancia, del «estado niño», que deja un excelente sabor de boca y un puntito de agradable nostalgia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario